INJERTO DE ENCÍA

El injerto de encía es una forma avanzada de cirugía oral conocida como cirugía mucogingival que requiere habilidad, precisión y formación especializada. Este procedimiento consiste en tomar tejido sano de una zona donante para transferirlo a la zona receptora con el fin de restaurar o aumentar los tejidos blandos, debido a sus múltiples aplicaciones. Es fundamental que los profesionales sean conscientes de cuándo puede estar indicada esta técnica y sepan cómo realizarla correctamente, Es por ello que te recomendamos acudir a nuestra clínica de Madrid para que uno de nuestros especialistas pueda evaluar tu caso personalmente. 

Dado que la boca alberga dos tipos distintos de encía, duras y resistentes frente a finas y delicadas, puede ser necesario un procedimiento de injerto de encía cuando determinadas zonas requieren protección adicional. En estos casos, se utiliza mucosa queratinizada para aumentar el volumen o restaurar el tejido perdido en zonas próximas a los dientes o implantes, separadas entre sí por 2-5 mm. 

Este tipo de tejido blando protege frente a factores de estrés mecánicos (como los alimentos) y proporciona inmunidad bacteriana frente a fuerzas externas, es por ello que se ha convertido en un paso imprescindible para quienes desean renovar su sonrisa mediante la odontología restauradora.

FAQs

El injerto de encía es un procedimiento de cirugía dental que consiste en transferir tejido de una parte de la boca a otra para reemplazar o aumentar la encía perdida debido a la enfermedad periodontal o al desgaste dental.

El injerto de encía es necesario para restaurar la estética y la función de los dientes afectados por la enfermedad periodontal y para prevenir la pérdida de los dientes.

El injerto de encía se realiza mediante la extracción de tejido de la boca (generalmente de la parte trasera de la mandíbula o de la paladar) y su transplante en la zona afectada de la encía.

Después de una intervención de injerto de encía, es normal sentir dolor, hinchazón y sensibilidad en la zona operada. La recuperación completa puede tardar de 2 a 4 semanas.

La recuperación puede durar de 2 a 4 semanas, dependiendo de la gravedad de la intervención y de la capacidad de curación de cada paciente.

Sí, existen riesgos asociados a cualquier procedimiento de cirugía, incluyendo infección, sangrado, rechazo del tejido transplantado y dolor prolongado. Sin embargo, estos riesgos son raros y pueden ser minimizados siguiendo las instrucciones de su cirujano dental después de la cirugía.

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